Mundos Sitiados por Victor Corcoba Herrero

General
07/06/2010 a las 17:14
Nos rodean mundos cercados por la sinrazón, envueltos por la injusticia, acorralados por el desequilibrio, sitiados por monstruos sin corazón. Sólo hay que abrirse a la ventana de la vida y ver cómo nos ciñen las tensiones  y cómo nos dominan los males. Cada cual reinterpreta los derechos humanos como le viene en gana. Las ideologías suplantan la verdad, su verdad, que para nada es ético. Como tampoco es moral la riada de políticos que cultivan la política sin deontología alguna. Bajo este entorno mundial de violencia y guerra, hay que actuar, jamás con cañones, sino con la mirada puesta en un orden mundial más equitativo. También la economía necesita normas honestas. Hay que invertir en ética; pero en una ética genuina, sólo así se podrá fomentar la solidaridad y la responsabilidad de la ciudadanía. Hasta ahora ha prevalecido el consumismo, el despilfarro de unos en detrimento de otros, la ineptitud  de algunos guías mundiales, el negocio frente al corazón. Sin duda, estamos sitiados por mil enfermedades, en buena parte causadas por la insensibilidad que se ha socializado. No en vano, uno puede quedarse en la calle con un puñal en el pecho sin que nadie le socorra o verse utilizado como juego de divertimento del poderoso.
Se dice, se comenta, es voz permanente en tribunas de mucho hablar y mejor vestir, que nuestra salud, bienestar y futuro dependen de la capacidad de conservación y conversación. Voces de aquí y de allá, repiten siempre lo mismo: que debemos conservar todas las especies del engranaje del universo. Sin duda, todos somos necesarios. Asimismo, la biodiversidad es el hilo de la palabra que mueve todos los labios en los foros de alto pedestal. Sin embargo, nunca hubo tantos disturbios contra la naturaleza como en estos últimos años. No le faltó razón, al filósofo alemán Albert Schweitzer, cuando dijo que “vivimos una época peligrosa, justo porque el ser humano ha aprendido a dominar la naturaleza mucho antes de haber aprendido a dominarse a sí mismo”. La mano del hombre no sólo castiga por tierra, también por mar. Las actividades delictivas están a la orden del día. Estamos sitiados por el imperio de los contaminantes y de los contaminadores, por la sobreexplotación de los recursos vivos, por los piratas que traspasan los cristales vírgenes de la naturaleza. Desde luego, la realidad es la que es, y no se puede seguir descuartizando nuestro propio hábitat. Pero, cuidado, aquí toda la humanidad tiene que tener voz, porque tiene que cambiar de actitud frente a la vida. Recordemos, lo que dijo el poeta Aleixandre: “sin voz juegan las masas, mas no escuchan”. Ciertamente, nada es tan educativo como escuchar mucho.

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