
Sáez especificó que actualmente “hay ciertas especialidades que podrían operar fuera de horario o en resolución de listas de espera, también denominado llamado de especialistas, para efectuar esa labor, en el caso de que se quiera operar una fractura de urgencia o cualquier emergencia fuera del horario habitual, si no es algo de estricto requerimiento del anestesista que está en el servicio, se requiere llamar a un segundo anestesista”, lo cual responde a la lógica para poder cubrir la demanda de la comunidad, sin embargo, “entre la actividad privada y los turnos que ya hacen, el conseguir otro profesional se hace complicado por un tema de horarios”.
Referido al tema de los precios que se manejan en la licitación dijo que, “cada cual debe determinar cuánto vale el trabajo que ejerce, pero yo hago una reflexión (…) A mí no me gusta el sistema de una medicina que esté basada en el mercado, pero lamentablemente hemos decidido que ese es el modelo que estamos siguiendo, entonces no se puede pedir que la atención tenga un precio en el sector privado y otro valor muy inferior en el público”, argumentado que es muy poco posible, ya que el Estado no puede exigir los valores de un servicio.
Señaló, de la misma forma, que el problema -que posiblemente se resolverá hoy con la incorporación de nuevos profesionales a la licitación- radica no en la poca voluntad de los anestesistas para prestar sus servicios, sino que en el costo del servicio, afuera es muy caro, “lo que existe son pocos recursos para pagar las prestaciones (…) Pero no es deber del paciente cancelar eso, es obligación del Estado”, explicó.
Carrera de Medicina
Frente a la creación de la carrera de Medicina en la Universidad de Magallanes (UMAG), luego de sesionar entre los practicantes, el colegiado lanzó ásperas críticas en rechazo del proceso que se ha llevado para conformar dicha instancia en Punta Arenas.
“La verdad es que la asamblea en ningún caso está en desacuerdo con la formación de la carrera de Medicina, lo que nosotros hemos determinado claramente es que no concordamos en cómo se ha llevado el proceso, ya que no garantiza para nada que se vaya a impartir una educación de calidad”, recalcó.
A juicio de Sáez, “son muchos los puntos que están en el aire, que hacen que esto sea una aventura voluntarista más que un proyecto serio”, agregando que le llama mucho la atención que hasta el momento, no se tenga nada formal que avale los criterios de calidad que merece la formación de profesionales en el área de la salud.
Sáez declaró, en un escrito público respecto de este proyecto, que los principales requisitos que aún no se consiguen por la universidad son los siguientes:
“Falta de definición de un puntaje mínimo que establezca mínimas garantías de rendimiento de los alumnos”, lo que de alguna manera determina la calidad de los egresados posteriores, como también, “la tardanza en el nombramiento de un coordinador médico docente”, que tendría la vital función de ser el nexo entre la facultad y el resto de los actores de la región.
“Poca claridad respecto de quienes compondrán el cuerpo docente para la enseñanza de las ciencias básicas”, que son la base para los dos primeros años de formación, y en el mismo contexto, tampoco se ha señalado quienes serán los médicos encargados de enseñar los conocimientos clínicos. “No hay ningún médico de la región que haya sido contactado para realizar actividad docente, por lo que suponemos que todos los profesionales van venir de afuera”, indicó.
“Aquí efectivamente no están dadas las condiciones de calidad, y nosotros lo que no queremos hacer, es ser cómplices de una carrera que tenga deficiencias”, finalizó.