
Una de las opciones que se maneja en el nuevo proyecto de ley que debe ser enviado al Congreso, es reemplazar el fondo de estabilización por un modelo que considere la aplicación de impuestos variables. Esto implica que cuando el precio de los combustibles suba y esté muy alto, se reduce el impuesto específico, y cuando su valor disminuya, el gravamen aumente. El gobierno quiere aplicar esto a las bencinas, diesel y parafina.
El modelo que se estudia seguiría operando un sistema de banda, pero no de 5%, sino de 12,5%. Con esto, los subsidios e impuestos sólo se aplican en ocasiones más extraordinarias, cuando efectivamente hay movimiento importante de precios en el mercado exterior.
Una tercera parte del nuevo mecanismo estaría dado por el funcionamiento de un seguro internacional que ayudaría al gobierno a poner límites al gasto en que pueda incurrir en subsidiar los combustibles.