En un gran problema de falta de comunicación y voluntad para aunar criterios y propiciar un diálogo fructífero, basado en el mutuo respeto y en donde ambas partes cedan, por una parte, y ganen algo, por otra, se ha transformado el conflicto que sostienen desde algún tiempo ... los miembros y dirigentes de la Junta de Vecinos Nº 38 Villa Aves Australes, de la población del mismo nombre, con las funcionarias del Jardín Infantil Hitipan de la Fundación Integra, que funciona en calle Los Ñandúes Nº 01411, de propiedad del Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu), mismo recinto donde funcionaba, hasta hace poco, la sede de dicha organización vecinal.
El problema se originó a raíz del robo de computadoras y dinero en efectivo, entre otras especies, que sufrió el jardín a mediados de junio. Debido a ello, se cambiaron las chapas del jardín, lo que impidió el uso del establecimiento, los fines de semana, por parte de los miembros de la junta de vecinos del lugar. Esta  situación dio paso, con el paso de los días y las semanas, a una cada vez pero convivencia entre las funcionarias del jardín y los dirigentes vecinales. Hoy, las declaraciones cruzadas trascienden a los medios de comunicación locales, en donde se acusan y desmienten mutuamente.
La directora de dicho establecimiento, Alejandra Castro Navarro, afirmó que “siempre hemos compartido el espacio con ellos. Pero no estamos de acuerdo con el uso que le están dando”, agregando que durante los fines de semana los miembros de la junta de vecinos del lugar habrían utilizado el recinto no sólo para reuniones, sino también para velorios, fiestas y otras actividades, que no se condicen con la calidad de jardín infantil que éste tiene.
Castro informó, finalmente, que durante la tarde de ayer se reunirían miembros de la directiva del Centro de Padres y Apoderados con abogados. Trascendió, además, que acudirían al asesoramiento de parlamentarios de la zona.
Por su parte, la directora regional de Integra, Sonia  Uyevich Aedo, afirmó, frente a los micrófonos de Pingüino Radio, que “el lunes, cuando ingresan a clases los niños, nos encontrábamos con que el jardín estaba pasado a cigarro y una serie de otras complicaciones que, indudablemente, no son compatibles (con el funcionamiento de un jardín infantil)”.
Frente al dilema de coexistir en un mismo espacio dos organizaciones de tan distinta índole, Uyevich señaló que ello dependía “de las actividades que se realicen. Nosotros entendíamos que las actividades normales de cualquier organización vecinal son (por ejemplo) reuniones a las dos o tres de la tarde, centros de madre, etc. Pero aquí éstas van más allá de lo que realiza cualquier agrupación y han sido permanentes”, coincidiendo en sus afirmaciones con lo expresado por la directora del jardín.
Así las cosas, habrá que esperar si, finalmente, prima la cordura y sentido común para, por una parte, no perjudicar a los casi 50 niños y niñas del establecimiento; y respetar el derecho a reunión de los vecinos del sector, por otra.