El drama de los pobladores que se niegan a darse por vencidos

General
04/08/2010 a las 12:55
Parece mentira el sinnúmero de deficiencias que abundan en los siete bloques de edificios departamentos de calle Ancud 0171 de la Población Archipiélago de Chiloé, en el sector surponiente de Punta Arenas. Ante el relato detallado de varios de sus residentes,... cabe preguntarse: ¿Cómo es posible que edificaciones que tienen apenas dos años estén en tan mal estado. Y más aún, cómo es posible que la entidad responsable de entregarlos a sus propietarios los haya recepcionado así. En circunstancias que desde entonces éstos vienen arrastrando una infinidad de problemas en la calidad de su construcción e infraestructura.
Cansados de gastar en arriendo y con la ilusión y ansiedad de cumplir el sueño de la casa propia, los dueños de dichos departamentos, distribuidos en siete bloques de 16 departamentos cada uno, los recibieron, en julio de 2008. Cuán sería su sorpresa cuando al abrir la puerta de la que, al fin, era su propiedad, descubrieron que estaba inundada. Sin embargo, no recibieron ninguna explicación de parte de la empresa constructora. “Vinieron con una aspiradora gigante a aspirar las alfombras”, cuenta Jazmín Urreola Infante, al recordar todos los malos ratos que han debido soportar desde que concretó la adquisición de su inmueble. “Incluso, cuando llegó la hora de colación, (los trabajadores) se fueron a almorzar y me dijeron que si yo quería, que siguiera aspirando”, añadió.
Ella, tal vez sin quererlo, se ha ido transformando en la vocera de las 112 familias que se han visto afectadas, desde el sábado pasado, por la rotura de las cañerías de agua potable de PVC, debido a la escarcha. Desde entonces, y debido a que hay una sola matriz, deben  dar el agua a ratos para evitar inundarse más. El acceso a los edificios se encuentran intransitable para los peatones, lo que empeora aún más la situación por la que atraviesan todas estas personas, que con esfuerzo ahorraron los más de
$ 220.000 para postular al subsidio habitacional que les otorgó el Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu). La Municipalidad de Punta Arenas, por su parte, actuó como Entidad de Gestión Inmobiliaria Social (EGIS), teniendo la responsabilidad, por lo tanto, de responder ante las graves deficiencias de infraestructura de estos siete bloques de departamentos.
Al respecto, Patricia Mancilla Quintullanca, residente en el D-408 del Bloque 7 A, indicó que, según tenía entendido, la garantía sobre todos los desperfectos al interior de la vivienda duraba dos años y todo lo relacionado con la infraestructura, incluyendo el techo, cinco.
Las voces de otros vecinos
“En mi departamento tengo poca presión de agua, ésta nos llega sucia y el calefón no enciende”, contó a Diario El Pingüino Lidia Cayu Guelet, del D-401 del Bloque 6 B. “Ahora cómo voy a pagar el agua que se perdió”, se pregunta, a raíz de las cañerías que se reventaron el sábado pasado. Añadió que cuando llegó a vivir a su departamento, se dio cuenta que la constructora no había sellado la taza del baño ni la tina, por lo que se inundaban constantemente. Una vez que esto se arregló, los vecinos de abajo comenzaron a inundarse cada vez que tiran la cadena.
Cristina Zapata Angulo, propietaria del D-405 del Bloque 6 A, confirmó lo que anteriormente habían denunciado sus vecinos. Su vivienda se inundó en dos oportunidades recién entregada. Además, se dio cuenta que el lavamanos estaba trizado a las tres semanas de estar viviendo allí. Asimismo, contó que la calefacción no funcionaba, porque la cañería estaba sucia.
Por su parte, Soraya Oyarzo Sepúlveda, del D- 303 del Bloque 6 B afirmó que los calefón (automáticos) que colocaron en los departamentos no eran nuevos, sino usados y de mala calidad. Cada sensor de éste, según aseveraron los vecinos, cuesta
$ 25.000 y el servicio técnico, $ 45.000.
Otro de los problemas que afecta a estos bloques de edificios departamento, de acuerdo a la versión de los mismos vecinos, es el escurrimiento del viento y agua a través de las ventanas, lo que provoca el levantamiento del cubrepiso y la aparición de hongos en las paredes, debido a la humedad, lo indeble de los techos, que no fueron puestos pensando en las ráfagas de viento que afectan a nuestra ciudad, y las trizaduras de las paredes de los pasillos de los bloques, como se pudo comprobar en terreno.
Pero las deficiencias suman y siguen: las llaves de los baños, que se rompieron al poco tiempo de uso o la falla en su funcionamiento del temporizador de luz (aparato mediante el cual se regula la conexión o desconexión de un circuito eléctrico del pasillo del primer piso del Bloque 5 A, como mencionó Alejandra Almonacid Vera, residente del D-308 y su administradora.
En definitiva, todos los entrevistadas destacaron la mala calidad de los materiales usados en la construcción de los siete bloques, como también que hasta ahora no habían hecho nada por su cuenta al respecto, por temor a que tanto la constructora como el municipio evadieran, entonces, su responsabilidad.
“Somos seres humanos y aunque hayamos pagado poco por estos departamentos, necesitamos vivir dignamente”, sentenció Cristina Zapata, agregando: “acá no ha venido ninguna autoridad”.

PUBLICIDAD

Pingüino Multimedia entrega este espacio a su público para la expresión personal de opiniones y comentarios apelando al respeto entre unos y otros desligandose por completo por el contenido de cualquier comentario emitido.

Comentarios


comments powered by Disqus
Más noticias
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD