
En términos generales, el alza de las temperaturas mejorará las condiciones de cuaja y floración y la calidad de los frutos subtropicales (cítricos, por ejemplo). Lo negativo será la aparición de nuevas plagas y enfermedades, entre otros efectos.
Respecto de las precipitaciones, se espera que su disminución genere menores riesgos sanitarios y amplíe los períodos de siembra. Por otra parte, habrá menor disponibilidad de agua de riego y menores rendimientos en secano.
Entre los rubros que podrían ver aumentado su potencial de desarrollo mencionó a las vides, duraznos, cítricos y manzanos. Por ello, recalcó el experto, es clave que se analice la posibilidad de aplicar medidas de política agraria para facilitar el desplazamiento de financiamiento; establecer seguros ante eventos catastróficos y dirigir con mayor claridad las inversiones en riego y formas de regadío.
Un estudio financiado por FIA, entre agricultores de las regiones de O´Higgins y Biobío, mostró que la sensación de riesgo ante el cambio climático se enfoca en la posibilidad de cambiar de cultivo, situación que se prevé muy difícil por un tema cultural.