
La explicación de ello se debe, según explicó el siquiatra y sicoanalista de la Clínica Magallanes de Punta Arenas, Antonio Pulido Urzúa, a que en época “de mayor intensidad lumínica (fotoperíodo) se producen alteraciones en el funcionamiento de los osciladores biológicos que tenemos en nuestro organismo”. En otras palabras, nuestro cuerpo controla sus funciones, a través de una especie de “relojes” biológicos, los que con los cambios de estación, se desordenan o desincronizan, en el caso de las personas que sufren de depresión.
El efecto que ello produce es precisamente el suicidio, la consecuencia más grave de la depresión.
Asimismo, el profesional hizo el alcance que son las mujeres quienes más intentan suicidarse, pero a través de los llamados “medios blandos”, como medicamentos; a diferencia de los hombres, que intentan menos, pero a través de medios más “duros” o agresivos, como el ahorcamiento, balazo, etc.
De acuerdo con la experiencia, el perfil del o la suicida corresponde, en el caso de adultos, a personas viudas, separadas, sin hijos ni credo político o religioso.
En cuanto a la tasa de suicidios en la región, Pulido indicó que la Región de Magallanes se ubica en el tercer lugar a nivel país.
Con respecto de las causas de la depresión, el siquiatra indicó que existen muchas, pero que se pueden reducir a básicamente dos: la vulnerabilidad psicológica y la vulnerabilidad biológica.
En el caso de la primera instancia, se trata de una depresión más frecuente que afecta mayoritariamente a hijos de padres separados y a personas con ausencia de contactos interpersonales, que han sufrido caos familiar durante su niñez, que viven aisladas o que sufren conflictos profesionales, preocupaciones económicas o falta de objetivos en la vida o nexos religiosos.
En el caso de la segunda instancia (vulnerabilidad biológica), la depresión es hereditaria. La persona sufre constantes episodios depresivos menores, leves y graves. El sistema de neurotransmisión se altera, provocando trastornos del ánimo bipolar, donde el sujeto puede pasar por períodos depresivos durante tres a cuatro meses y luego atravesar por períodos maniacos, es decir, de exaltación del ánimo.
Pulido también destacó que si una persona tiene antecedentes familiares de suicidio, es una voz de alerta para prevenir a tiempo.
Otro dato relevante entregado por el médico es que la adhesión a los tratamientos con antidepresivos es baja. Entre el 40 al 60% desiste de éste y un tercio de quienes inician un tratamiento contra la depresión, lo abandona antes de los tres meses.
Finalmente, Pulido se refirió a las cinco “fantasías” (inconscientes) de un suicida: el deseo de dormir para escapar, el deseo de autocastigarse, el deseo de vengarse y manipular a quienes le rodean más allá de la muerte, el deseo de reunirse con el ser amado muerto y el deseo de renacimiento y rehabilitación.