La conocida frase “una crisis es una oportunidad” parece que, con el tiempo y el uso, se ha desgastando y perdiendo su profundo sentido existencial.
Sin embargo, en el caso de Ruby Almonacid Puga, 38 años, soltera, orgullosa madre de dos hijas y un hijo, esas palabras se hicieron realidad desde hace poco más de dos años, cuando decidió enfrentar sola la vida y hacerse cargo de dos hijas y un hijito que, por entonces tenían 17 años, Jennifer; 14, Catalina, y sólo dos, Vicente, según ella misma cuenta...
Había trabajado siete años en la ferretería “El Aguila” y se desempeñó en el área del “show room”, esto es, un contacto directo con los maestros mueblistas que llegaban al establecimiento para adquirir los materiales para sus trabajos.
“Ahí empecé a aprender, a cubicar, a conocer los materiales y un poco más de herramientas y medidas y planos”, recuerda con satisfacción.
“Había que aprender, porque a los que saben su profesión y la aprendieron a lo largo de sus vidas laborales, no es posible “chamullarles” o hablar sin base y así fue como fui aumentando mis conocimientos sin saber lo que me esperaba”, afirmó Ruby.
Una crisis, una oportunidad
Y no fue grato lo que debió enfrentar después de dejar el empleo para cuidar a su hijo más pequeño: la relación se rompió y se encontró sola, con tres hijos, sin trabajo, pero con ganas de salir adelante a toda costa, con el apoyo de su madre, Teresa Puga y un hermano menor, que estudia Informática y trabaja junto con su madre y su hermana.
“Es que formamos una pequeña empresa, llamada “Qué lindo es mi hogar”, la cual fabrica muebles de todo tipo, clósets, muebles de oficina, de cocina y los arreglos florales y otras creaciones de mamá y de mis hijas”, contó con emoción.
Tiene palabras sólo de agradecimiento para todos y todas sus clientes y recuerda a la primera que atendió, la sicóloga Carla Saldivia. Sin desmerecer a todos quienes le han encargado trabajos después de saber de este emprendimiento a través de Facebook o de la página web quelindoesmihogar.cl y, obviamente, mediante avisos en el yapo.cl
Ruby dispone de un taller bien equipado, en parte con apoyo del FOSIS; herramientas ad hoc, modernas, pero, por sobre todo, hace gala de un espíritu de superación y fuerza interior que otras personas no tienen.
El taller
“Es que las mujeres nos ayudamos, unas a otras y muchas veces he recibido ese apoyo y también lo he entregado, porque hay que ser solidario. Yo misma nunca imaginé que iba a trabajar haciendo y vendiendo muebles, clósets. Que iba a conocer y compartir experiencias de vida de otras mujeres que han pasado por situaciones parecidas a las que me ha tocado vivir y que tampoco se han quedado y han salido adelante”.
Y agrega que debió dejar el trabajo de soldadura al arco “porque era muy pesado y cuando trabajé recibí desconfianza y me convencí que ese era un trabajo más bien para hombres y lo dejé para hacer un curso que dictó la empresa Masisa, aquí en Punta Arenas (y agradece a la ferretería “El Aguila”) y hace poquitos días, antes de Navidad supe que me habían distinguido a nivel nacional y estaba entre los mejores mueblistas de Chile”.
Ruby está contenta, por supuesto, muestra su taller y sus herramientas.