¿Quién es Lola?
Chamán, cantante, legado último de una cultura extinta. Así describen a
Lola Kiepja, que si bien no fue “la última Ona” como tal, pues fue
contemporánea a Ángela Loij (misma étnia), si fue la última que alcanzó a vivir
durante su juventud inserta en su propia cultura.
Hoy conocemos a este personaje gracias a la etnóloga estadounidense Anne
Chapman, quien viajó a Tierra del Fuego en los ’60 para documentar la cultura de
los ‘Fueguinos’. Se conocieron el 64, dos años antes del fallecimiento de Lola,
a sus noventa y tantos años. Se hicieron amigas, lo que facilitó que la
estrecha relación abriera un canal de comunicación muy fluido, permitiendo que
hoy podamos acceder al exhaustivo y fidedigno estudio de Chapman, quien
consiguió el material de primera fuente, y de la mejor fuente.
Anne le recalcó la importancia
de documentar su legado mediante grabaciones de canciones y relatos ancestrales,
que realizaron en un antiguo magnetofónico de la etnóloga.
Los conocimientos de Lola sobre el pasado de su pueblo eran extensos y
privilegiados: ella no era cualquier Selk’nam, era Chamán. Esta condición la
había heredado de su tío materno, quien luego de morir, la visitó en un sueño y
le transmitió sus conocimientos a través del canto. La gente la visitaba para aliviar
sus males: había curado tanto a indígenas como a mestizos y algunos blancos.
Incluso Anne señaló que en dos oportunidades la había sanado.
“Parecía feliz al revivir su antiguo modo de vida a través de los relatos y
cantos, pero sabía que su mundo había desaparecido para siempre”, señala la
científica en su libro “Fin de un Mundo: Los Selk’nam de Tierra del Fuego”
Último vestigio de una
cultura ancestral
Lola se había casado dos veces. La primera con un indígena Haush, con quién
tuvo 7 hijos. Luego con un chileno, con quién tuvo 5. Al momento de conocerse Lola y Anne, toda su descendencia se encontraba fallecida. Estaba sola.
“No había comunidad. Sólo unos cuantos individuos que vivían dispersos y se
veían de vez en cuando. Había descendientes, pero gente que sabía de la cultura
Selk’nam muy pocos, un puñado, y Lola era la más vieja”, señala la
investigadora.
En ese contexto,
Lola falleció un invierno particularmente frío, con hasta 30 grados bajo cero.
No quiso abandonar la reserva y pasar el invierno en otro lugar acompañada, se
quedó sola en su cabaña. A finales de
Septiembre fue encontrada muy enferma por un trabajador vecino que le llevaba
leña. La llevó al hospital de Río
Grande, donde falleció el 9 de Octubre del ’66.
Gracias a su
legado, hoy podemos conocer más a cabalidad sobre la cultura que pobló nuestras
tierras mucho antes que nosotros. Si bien el pueblo Selk’nam es catalogado como
una sociedad tribal simple, Anne Chapman señaló lo equivocada que está esa
noción, y la compara con las comunidades aborígenes australianas, que han sido
catalogadas como organizaciones socio-religiosas excepcionalmente complejas. “Además
de ser cazadores-recolectores, (los selk’nam) tenían una tecnología simple con
respecto a la complejidad de su organización social y tradiciones religiosas”,
señala en su libro “La vida de los Onas en Tierra del Fuego”
A continuación, revisa parte del registro que hizo Anne Chapman a Lola Kiepja en su lengua materna: