Se esconden generalmente en cualquier lugar oscuro del hogar, muebles, cuadros, debajo de la cama o incluso en los zapatos. Las arañas de rincón normalmente llegan a medir poco más de 4 centímetros, pero si encuentran las condiciones óptimas pueden seguir aumentando su tamaño.
El doctor en Entomología de la Universidad de Magallanes (UMAG), Eduardo Faúndez, dice que a pesar de que estas arácnidas son pequeñas y no hay nada específico en su mordedura con respecto de otras “cuando se va desarrollando la mordedura va dejando un marca necrótica con el tejido muerto. Ante eso, lo mejor que uno puede hacer es tratar de ver qué lo mordió y capturarlo”, recomienda.
Según los datos del también científico del Instituto de la Patagonia de la UMAG, este año ya han recibido 2 reportes de este tipo de animal que se insertó en la región hace más de dos años.
¿Cómo se diferencia?
Faúndez explica que para diferenciar una araña de rincón de una domestica, la primera tiene seis ojos que están dispuestos en pares formando un triángulo, mientras que la araña doméstica tiene ocho ojos.
“Una de las cosas que tiene que hacer una persona cuando lo pica un araña de rincón aparte de ir al médico, es ir también con la araña en un recipiente, incluso si la persona la golpea o la rompe porque de esta manera la persona podrá identificar el animal”, detalló Faúndez.
Cambio climático y cultura
El doctor en Entomología señala que el cambio climático ha sido un factor importante para que este animal haya llegado a la región más austral del país, además explica que ya se pueden desplazar de un lado a otro sin problema ya que el clima no es igual como en otros años.
“Nosotros generalmente nunca tuvimos arañas peligrosas, pero en 2007 llegó la araña falsa viuda y diez años después la araña rincón, así que creo que debemos cambiar nuestra cultura y revisar la ropa y los zapatos antes de usarlos, porque las arañas llegaron y se quedaron”, concluyó Eduardo Faúndez.