“Hicimos un ‘summit’ (una reunión de negocios) de altísimo nivel en noviembre pasado y lanzamos la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde. Ahora estamos implementándola”, declaró Max Correa a DF, jefe de la División de Combustibles y Nuevos Energéticos en el Ministerio de Energía, quien entre junio y julio participará en una gira internacional para promover el potencial de Chile como productor de hidrógeno verde.
“El hidrógeno es el eslabón clave para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Se necesita electricidad limpia y barata; Chile es campeón de eso. Vamos a ser capaz de producirlo de forma más competitiva que en ninguna parte del mundo gracias al potencial solar, eólico, hidráulico y renovable en general que tenemos a lo largo del país. Tenemos la oportunidad de convertirnos en la Arabia Saudita de los combustibles renovables”, ejemplifica.
Meta
Max Correa establece que al 2025 Chile tendrá 5 GW de proyectos en desarrollo de hidrógeno verde. Eso equivale a duplicar toda la energía renovable que tenemos hoy. “De hacer las cosas bien, al 2030 vamos a ser uno de los líderes en exportación mundial en hidrógeno verde y derivados”, promete.
Por ahora, quien lidera este camino es Australia, pues ya tiene proyectos piloto avanzando. También los países árabes están trabajando en ello, encabezados por Arabia Saudita.
Plan de gobierno
El plan del gobierno para que Chile se convierta en exportador implica cerrar contratos con países que ya diseñaron su camino para ser carbono neutrales. “Porque requieren importar electricidad y combustibles limpios”, relata. Entre ellos están Japón, Corea y Singapur en Asia, mientras que en Europa destacan principalmente Alemania, Países Bajos y Reino Unido. “Queremos ser los primeros en cerrar esos contratos y acordar cuánto volumen necesitan, en qué condiciones y cuándo”, afirmó.
El problema del hidrógeno como energético, añade el jefe de la División –en la que también trabaja con Benjamín Maluenda, líder de la Unidad de Nuevos Energéticos– es que todavía es caro en comparación al gas, al petróleo e incluso al hidrógeno gris (producido a partir de combustibles fósiles).
Precio
La meta es que el costo para el 2030 sea menor a US$1,5 el kilo. “Si llegamos a ese costo de producción, será plenamente competitivo con los fósiles, en especial si se establece un precio al carbono”, dice.
Y concluye: “El hidrógeno es equivalente a la energía solar hace diez años. En esta década bajó en un 80% su costo de producción. Hace 10 años la mayoría de la industria se mostraba escéptica, hoy, sin embargo, nadie duda considerarla en proyectos que requieren energía”.