Cuando Xi Jinping dijo que Chile y China deberían llevar adelante su tradicional espíritu pionero y marcar el comienzo de una nueva era más espléndida de su asociación estratégica en diciembre pasado, ciertamente, no estaba exagerando. La instalación de un centro de investigación y desarrollo en Antofagasta y una planta de vacunas en Santiago, demuestran la estrategia china -utilizar a Chile como plataforma para Latinoamérica– como parte de la extensión de su iniciativa intercontinental de la franja y la ruta.
Chile entró formalmente a la iniciativa de la franja y la ruta –la iniciativa de comercio internacional más importante del siglo XXI– en noviembre del 2018. Tal iniciativa agrupa a más de 130 países, en donde China gestionará la logística, transporte y comercialización de gran parte del mundo. Chile se convierte así en el hub de China en Latinoamérica, y el anuncio del 5 de agosto así lo demostró. Pero, cuál será el costo para Chile.
La Fiscalía Nacional Económica (FNE) aprobó sin condiciones la compra de la empresa estatal China State Grid en febrero 2021 a la CGE, por más de 3 mil millones, correspondiendo al 45,4% de la distribución eléctrica nacional, que sumado a la compra de Chilquinta –que representa un 11,2% de la distribución de energía eléctrica– implica que la empresa estatal China maneja al día de hoy más de la mitad de la distribución de la energía de todo Chile. Asimismo, los chinos son dueños del 24% del litio en la empresa SQM; de Pacific Hidro Chile; Electrogas; las viñas Indómita, Santa Alicia, Porta y Agustinos; los buses eléctricos BYD que recorren Santiago; la extensión de la línea 2 del metro adjudicada a China Railway Tunnel Group; y Alsino, empresa estatal china, lidera la licitación de las nuevas cédulas de identidad y pasaportes chileno. La jugada china contempla, además, la entrada de Huawei como principal proveedor de WOM para el desarrollo de la red 5G en Chile.
China es el principal socio comercial de Chile, pero ya no solo eso, se ha convertido en el principal inversionista en Chile, sobrepasando a EE.UU. y Canadá. Ante ello, el poder de negociación de Chile es exiguo. Así, la entrada triunfal de China en Latinoamérica no debe pasar desapercibida, China necesita de nuestros recursos para desarrollarse y alcanzar los objetivos estratégicos planteados en su Plan Quinquenal, pero no a cualquier costo. El lobby chino en nuestra clase política civil ha sido descomunal y es tiempo de que éste se transparente a la ciudadanía.