La Antártica tiene las reservas de agua dulce más grandes del planeta y por ahí va el futuro que tenemos que empezar a analizar en Magallanes. En algunos lugares de la Antártica los investigadores rusos se jactan de su reciente descubrimiento de una reserva de agua dulce del tamaño del lago Ontario, después de perforar a través de kilómetros de hielo sólido. Los minerales, el petróleo y el gas de la Antártica son un premio a largo plazo. El tratado que prohíbe la minería ahí y que protege las codiciadas reservas de hierro, carbón y cromo, expira en 2048. Los investigadores encontraron depósitos de kimberlita, insinuando la existencia de diamantes. Y si bien las evaluaciones varían, los geólogos estiman que la Antártica tiene al menos 36 mil millones de barriles de petróleo y gas natural. Entonces hay que empezar a dar los pasos y acercarnos. Para Magallanes es fundamental la Antártica y su importancia radica en el futuro de la región. Más allá de los tratados, persisten enormes obstáculos para aprovechar los recursos, como témpanos a la deriva que podrían poner en peligro las plataformas marinas. Pero los avances en la tecnología podrían hacer a la Antártica mucho más accesible en tres décadas. E incluso antes de eso, los estudiosos advierten, la demanda de recursos en un mundo hambriento de energía podría aumentar la presión para renegociar los tratados de la Antártica, posiblemente permitiendo emprendimientos comerciales mucho antes de que expiren las prohibiciones contra ellos.