El estatus habitualmente se le ha asociado al éxito como, por ejemplo: cuando se habla de una persona con estatus, se piensa en una persona, con mucho dinero, poder y admirada por el grupo social al cual pertenece. No obstante, el estatus social se refiere a la posición que ocupa una persona dentro del grupo, organización o sociedad. Todos los grupos tienen alguna forma de estatus social. Inclusive los animales
Existe el estatus social asignado o atribuido: el cuál es el que se recibe de los antecesores, es decir, que se obtiene en herencia, sin que la persona haga nada para merecerlo, es solo por haber nacido en un determinado contexto. Este estatus está determinado por condiciones previas a la existencia del individuo y en las que no tiene ninguna elección. En este estatus la persona no puede elegir su posición ya que le corresponde desde que nació. Por ejemplo, la corona de España es hereditaria; es decir, se transmite de padres a hijos. Esto también se puede apreciar en las castas, las cuales son un sistema social en el que el estatus personal se adjudica de por vida. En estas sociedades, los diferentes estratos son cerrados y la persona debe permanecer en el estrato social en el que nació. Incluso los sistemas de castas rechazan las relaciones estrechas con miembros de otros grupos. Esa pureza de castas suele mantenerse mediante regla de endogamia. Es decir, el matrimonio debe ser entre personas del mismo grupo social
Por otro lado, el estatus social adquirido o meritocracia. Es aquel que se gana por méritos o cualidades propias, tales como el éxito profesional, el reconocimiento intelectual, artístico, deportivo e incluso por el heroísmo. Este estatus es otorgado por la sociedad, entre ellos está el desempeño de nuevos roles sociales como, por ejemplo: las jefaturas. Es decir, son todos aquellos lugares dentro de la sociedad que la persona adquiere a lo largo de su vida por su esfuerzo y que no van ligadas a su nacimiento.
El estatus social puede cambiar y a este fenómeno se le llama movilidad social. El cual Implica un abandono de la clase social inicial para optar por una nueva, ya sea más arriba o más abajo en la escala socioeconómica.
La movilidad social ascendente es cuando la persona gana estatus, o sea, asciende en la pirámide social, y mejora su posición. Por ejemplo, esto suele implicar incrementos en el dinero, emprendimientos exitosos o logros profesionales. El papel de la educación en este tipo de movilidad es tal, que las personas con menos años de escolaridad son quienes suelen recibir los sueldos más bajos. Así, un mayor grado de estudio podría permitir acceder a mejores salarios. Las oportunidades de movilidad social son mayores conforme se cuenta con más años de estudio.
La movilidad social descendente ocurre cuando la persona pierde estatus, o sea, desciende en la pirámide social, y cambia negativamente de posición social. Esto está relacionado con pérdidas drásticas de empleo o la propiedad privada, es decir, al empobrecimiento.