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e acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2023, más de 51 mil mujeres y niñas en todo el mundo han muerto a manos de sus parejas u otros miembros de su familia. Es decir, dice la ONU, una mujer fue asesinada cada 10 minutos. Si no nos alarmamos con esto, entonces con qué.
Hablamos de información a nivel mundial, pero qué pasa en nuestro país. Bueno, siguiendo los antecedentes oficiales disponibles, en lo que va de 2024, los femicidios consumados corresponden a 39, mientras que los casos frustrados son 260, de los más altos en los últimos tres años.
En Magallanes, en lo que corre de este año, se han registrado 11 femicidios frustrados, también el número más alto de los últimos 10 años. Probablemente hemos escuchado bastante poco hablar de esto, sin embargo, estamos frente a una situación que debería no solo preocuparnos, sino que llamarnos a la reflexión y a la acción.
La ONU revela que, a nivel global, “casi una de cada tres mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida”.
A pesar de las leyes promulgadas, los esfuerzos parecen todavía ser insuficientes para detener una de las violaciones a los derechos humanos más graves que podemos tener conocimiento. No hay duda que, queda muchísimo por hacer al respecto en cuanto a la protección de las mujeres y niñas y principalmente sobre la prevención.
En el plano local, si bien se ha puesto énfasis en el fortalecimiento de las redes sociocomunitarias, educación y formación, la estadística indica que la violencia hacia las mujeres es una problemática con respuestas insuficientes y muchos desafíos planteados que resultan necesarios abordar de manera más que urgente.
Es imperante reconocer que estamos frente a una realidad persistente y que aún con avances legislativos, requiere ser enfrentada de manera estructural y con mayor profundidad.
Más y mejores canales de denuncia, mayor acceso, más formación profesional en los sistemas sanitarios y judiciales y la necesidad de respuestas más eficaces, son algunos de los aspectos pendientes.
Las campañas de sensibilización deben estar acompañadas de estrategias robustos, con una mirada sostenida y a largo plazo, y obviamente, integrando una perspectiva de género que sea transversal y participativa.
Mañana 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ocasión oportuna para pensar en el sufrimiento de las familias y en cómo podemos contribuir, desde los diferentes espacios, con decisión y compromiso, en garantizar el derecho de todas las mujeres y niñas, y de una vez por todas, poner fin a la violencia y al dolor.